Fibratolima fue comprada en subasta pública por la  empresa antioqueña Fabricato-Tejicóndor ayer hacia el mediodía. El monto de la transacción llegó a los 10 mil 661 millones de pesos. Así lo confirmó a EL  NUEVO DÍA, Víctor Ardila Meissel, director Financiero de Fibratolima, quien señaló que la operación comercial se cumplió en las instalaciones de la Superintendencia de Sociedades en la capital del país.
Operación

 

Efectivamente, el Grupo Empresarial Antioqueño, propietario de Fabricato Tejicóndor, se quedó con la textilera tolimense.  Según pudo establecer este medio de comunicación, los recursos fueron
cancelados en totalidad el día anterior. “La operación, que se cumplió por medio de subasta pública, garantiza la continuación de la empresa tolimense y el funcionamiento de la planta de producción. Con ello se conservarán los 760 empleos que actualmente genera la textilera de forma directa y unos dos mil  de forma indirecta”, aseguró Ardila Meissel.
La subasta se cumplió en el tercer término o plazo que estipula la ley para estas operaciones. Hace dos meses la compañía había sido puesta en venta con el 70 por ciento de su valor, hace un mes con el 50 por ciento; y ayer finalmente fue adquirida por su actual arrendatario por el 40 por ciento, es
decir los 10 mil 661 millones de pesos. En el proceso no se presentaron más interesados, lo que deja en claro que  la única opción que tenía la compañía para su continuidad era que Fabricato la comprara en la última instancia.  De no haber sido de esta manera, hoy la empresa estaría irremediablemente destinada a vender su infraestructura al detal para cancelar las acreencias.











































Ganancias
“Afortunadamente hoy la empresa quedó en manos de la textilera más grande del país y de uno de los grupos económicos más representativos”, dijo Ardila Meissel. Con dicha transacción, la empresa “paisa”, es dueña hoy de los enseres, la maquinaria, los inventarios, los terrenos y varias bodegas de Fibratolima. 

Igualmente, Fabricato logró una negociación con Fiduciaria Unión y el Ministerio de Hacienda para arrendar por cuatro años una serie de bodegas que son anexas a la empresa. Fibratolima es desde ayer una empresa antioqueña. “La noticia es muy buena para la región, pues además de los puestos de trabajo que se conservarán de forma permanente en la capital con mayor desempleo del país, se podrá mantener la producción mensual que asciende a los 750 mil metros de tela acabada, de los cuales el 10 por ciento es exportado y un 90 por ciento de distribuye en el mercado nacional.

“La región y principalmente Ibagué, pueden estar tranquilos de que el esquema de producción y de generación de Fibratolima se mantendrá”, aseguró Ardila Meissel, quien agregó que los peores momentos para la empresa ya pasaron y que seguramente ahora comienza una nueva etapa para la compañía. Efectivamente, el TLC le abre nuevas posibilidades de expansión a la empresa,  pues de incrementarse la demanda, la  producción de tela podría llegar a un millón de metros de tela y generar 130 puestos de trabajo adicionales.



 

Liquidación
De otra parte, se confirmó  que en los próximos días se realizará el traspaso de los bienes de Fibratolima a Fabricato, en tanto que la Superintendencia de Sociedades tendrá que comenzar a pagar las acreencias con los dineros de la subasta.
Ahora el reto para la liquidación será distribuir estos dineros de forma equitativa con los deudores de la empresa. Con estos 10 mil millones de pesos se asegurará el pago de los gastos de administración de la empresa y  las acreencias laborales con sus respectivas provisiones en un 100 por ciento. Además, se alcanzará a cubrir una muy pequeña parte de algunos impuestos contemplados en la liquidación, así como los parafiscales.

Se estima que con la subasta se salvaron  los trabajadores que tenían contingencias con la empresa, a los cuales se les adeudaban sueldos, cesantías y liquidaciones (por cuatro mil millones). A pesar de ello, las deudas contempladas por la liquidación ascienden a los 77 mil millones de pesos. Esto sugiere que cerca de 66 mil millones de pesos, que se adeudan a quirografarios o acreedores particulares no  alcanzarán a ser amparados.