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Estaba el maestro Jorge Elías Triana ya enfermo, asomado al balcón de su casa mirando el mar cuando su hijo, Jorge Alí, le dijo: “Papá ¿tú crees que vale la pena vivir así?” Y, el maestro le respondió: “No, pero tengo todavía cuatro ideas para pintar unos cuadros”.
A sus 76 años, Jorge Elías Triana sigue pintando con una disciplina inquebrantable, dos horas diarias por la mañana y una hora y media más en la tarde, bajo el sol de la Cartagena que buscó, hace diez años, para pasar la última etapa de su vida: “Estoy dispuesto a quemar las naves, como lo hizo Hernán Cortez en México, para no volver jamás”, dijo alguna vez, antes de abandonar para siempre su casa en Bogotá. Como Gauguin, Jorge Elías Triana dejó atrás la fría metrópoli y se fue al trópico junto con su esposa María del Socorro: “Esta es una nueva vida. La última”, declaró.

El Tolima
Para el maestro Triana, “el color es la tierra” y la tierra de la que habla es, en gran medida, el Tolima. Sus pinturas manifiestan, a través del tiempo, esa nostalgia de amor por el exuberante rincón del universo, a orillas del Magdalena, que lo vio nacer.
En el corregimiento de San Bernardo, Tolima, en 1921, vino al mundo Jorge Elías Triana, al decir de la crítica, uno de los pintores colombianos originales de todos los tiempos. El Maestro Triana se acercó al mundo de las artes como músico. A los doce años tocaba  flauta en la Orquesta del Conservatorio del Tolima y pensaba que éste era su verdadero talento. Pero, en el Conservatorio –que en esa época era un centro de formación artística y no solamente una escuela de música– se encontró con el maestro Moreno Otero y con Joaquín González Gutiérrez quienes, además de iniciarlo en la pintura, le hicieron entrar en dudas acerca de su verdadera vocación. Sin embargo, pasarían unos cuantos años antes de que el maestro descubriera que su destino era ser pintor.
Fue en los años cuarenta, luego de terminar el bachillerato, cuando viajó a Bogotá a estudiar arquitectura en la Universidad Nacional y se dio cuenta de que se había equivocado de carrera. En ese momento, vio con claridad, por primera vez, que su vida era la pintura. Alberto de la Rosa refiere ese momento en una entrevista que le hizo al maestro hace siete años: “Fue una decisión complicada pues, siendo el mayor de trece hijos, tenía a sus espaldas el peso de la primogenitura. Recuerda cuando expresó: “Papá, te traigo una pésima noticia. Yo no voy a ser arquitecto sino pintor.” Y, tuvo una sorpresa cuando su padre le respondió: “! Qué maravilla! Eso era lo que yo quería”.











































Poeta del color
La primera experiencia que dejó una profunda huella en el espíritu del entonces joven artista fue su viaje a México. Tenía tan solo 23 años cuando el Departamento del Tolima, por gestiones de Ismael Santofimio Trujillo, le otorgó una beca para estudiar pintura mural en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de México. Allí tuvo contacto con la obra de Diego Rivera, Orozco y Siqueiros, que influenciaron el estilo y el pensamiento del maestro de manera decisiva.
Según Vicente Martínez Emiliani, por los años en los que el maestro Triana llegó a México, “el muralismo había desplazado al resto de los movimientos artísticos; tenía más carácter, más originalidad y más fuerza. Rivero, Siqueiros y Orozco dominaban por completo el panorama continental, con su rebeldía de perfiles indigenistas y su mensaje de hondo y auténtico contenido americano”. 
Estos conceptos se fijaron en la mente del maestro para acompañarlo toda la vida, en su compromiso: “Es algo que sale del corazón” dice. “Todo artista está comprometido políticamente. No hay artistas incontaminados. Pero, entiendo que el arte es una cosa y el artista es otra”. “Los artistas que han jugado un papel decisivo en mi formación son: Francisco de Goya y Lucientes, con sus grabados y sus pinturas y por su actitud política. Cuando él pinta los fusilamientos del 5 de mayo que hacía Napoleón, estaba pintando un cuadro de intención política; pero, tiene una calidad estética tan grande que es intemporal. Los muralistas mexicanos Rivero, Siqueiros, Tamayo y Orozco también jugaron un papel preponderante en mi formación”.

El cubismo y la guerra
Cuando el maestro Triana regresó a Colombia, en donde lo esperaban su esposa Aurora y sus hijos, encontró un país distinto, incendiado por la violencia política y el odio partidista. Pinta al hombre colombiano en un marco de colores fuertes: Rojos, amarillos fogosos, tierras, en lo que constituyó el resurgimiento de su arte a través de la fuerza. También representa a la gente del pueblo en sus labores cotidianas,  como a las aguadoras y vendedoras de frutas, lo mismo que las montañas y los guerrilleros.
Sobre su serie de guerrilleros, el maestro comentó en una entrevista hace cinco años, con Vicente Martínez Emiliani: “Son sacados de la realidad; del drama de mi departamento. A mí me tocó una época agitada por la violencia, cuando se cometían atrocidades. Después vino el Frente Nacional”.
Ya en los años cincuenta, el maestro Triana, junto con Gómez Jaramillo, Rodríguez Villamizar, Grau, Botero y Alipio Jaramillo, comienzaron a experimentar con el cubismo, forma europea nacida de la angustia en un momento de desintegración y de guerra. Esta actitud innovadora significó el primer paso para la apertura del panorama artístico colombiano.
Jorge Elías Triana señala a Picasso como uno de los artistas que más influyó en su obra. A Picasso se asemeja en la concepción del color y, sobre todo, en la enormidad de su pasión por el arte.
El maestro Triana, como Picasso, sólo partirá cuando haya finalizado su trabajo con esas “cuatro ideas para unos cuadros”, tal como se lo hizo saber a su hijo Jorge Alí aquella tarde mientras miraba el mar de Cartagena desde el balcón de la casa.

Homenaje tolimense en Cartagena

En la Casa de la Cultura de Cartagena, el pasado 4 de Julio, tuvo lugar el homenaje al pintor tolimense Jorge Elías Triana. Al acto asistieron el gobernador del Tolima, Francisco Peñaloza, los escritores Carlos Orlando Pardo, Germán Santamaría, y el Gobernador de Bolívar, además de numerosas personalidades de la sociedad cartagenera e intelectuales de todo el país.
El Consejo de Ibagué, en cabeza de Clara Pardo, condecoró al maestro Triana con la Orden Ciudad Musical, como un reconocimiento más que merecido por sus cincuenta años de vida artística. “Fue un homenaje muy grande y yo me sentía pequeñito” señaló el maestro en diálogo con EL NUEVO DIA. “Veo el Tolima desde Cartagena con muchos recuerdos y amor”, concluyó.
Durante el homenaje, Francisco Peñaloza se dirigió al maestro en nombre de todos los tolimenses: “Tan solo he querido traerle, como vocero del departamento, en mi calidad de Gobernador del Tolima, el abrazo de tantas gentes que hubiesen querido estar aquí para brindarle su afecto. Y le traigo, además, la expresión del sentimiento de orgullo que nos cobija por su trabajo”.
El Museo de Arte Moderno de Cartagena también se vinculó al homenaje con una exposición retrospectiva de 150 obras de gran formato del maestro Triana.

El libro


El libro sobre la vida y obra de Jorge Elías Triana, que también hace parte del homenaje al maestro, será presentado el 30 de Julio en Cartagena. En 180 páginas Germán Santamaría, Alvaro Medina y Mario Rivero recogen la historia de uno de los pintores más originales e independientes de la historia del arte colombiano. La publicación reproduce las obras más representativas del maestro con ilustraciones a color. El libro fue editado por publicaciones Gamma, y fue financiado por la Gobernación del Tolima, Colcultura y Diners.



• Retrospectiva
• 1921. Nace en San Bernardo, Tolima
• 1940-44 Estudia en la escuela de Artes Plásticas del Conservatorio del Tolima
• 1944-48 Viaja a México con una beca.
• 1952 Primer premio en el Primer Salón del Deporte en Bogotá
• 1955 Participa en la Bienal de Barcelona
• 1956-61 Es profesor de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional. Bogotá
• 1957 Director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional. Bogotá
• 1958 Bienal de Venecia. Bienal de México.
• 1959 Primer premio del Salón de Pintores Colombianos. Junta de Turismo de Ibagué.
• 1960 Bienal de México.
• 1961 Bienal de Sao Paulo.
• 1961 Primer premio del Salón de Artistas Colombianos. Ibagué.
• 1961 Profesor de Dibujo, Pintura mural y Experimentación de materiales plásticos Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional. Bogotá.
• 1964 Beca del Gobierno colombiano para estudiar en Holanda, Francia, Italia y España.
• 1965 Galería de Escritores Checoslovacos. Praga. Bienal de Pintores Latinoamericanos. Museo de Arte Moderno de París.
• 1977 Pintura Colombiana del Siglo XX, Casa de las Américas, La Habana, Cuba.
• 1979 Museo Nacional de Bucarest. Galería Nacional, Berlín.
• 1980 Casa de la Amistad con los Pueblos. Moscú.
• 1983 Retrospectiva. Museo Nacional. Bogotá.
• 1985 Cien años de Arte Colombiano. Museo de Arte Moderno. Bogotá.
• 1986 Retrospectiva. Museo de Arte Moderno. Bogotá
• 1996 Retrospectiva itinerante. Museo de Arte Moderno de Cartagena

La tierra es el color

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